Aprender a tocar un instrumento nos puede ayudar a desarrollar otras partes de nuestro cerebro, de nuestra personalidad que no conocíamos. Especialmente el arte nos ayuda a ser chavas más creativas, más sensibles, toca fibras que ninguna otra actividad.
Gracias a la música podemos expresar tantas cosas que, a veces, no nos atrevemos a decir, ya sea en el terreno del amor, problemas familiares o situaciones personales. Es como nuestra válvula de escape que se vuelve nuestro momento más feliz del día.
Tocar la guitarra nos puede ayudar a relajarnos, a hacer a un lado todo lo malo de nuestro día, todas las presiones del colegio o las situaciones en casa. Nos ayuda a sensibilizarnos a tomar conciencia de nuestras grandes capacidades.
Podemos pasar horas tocando, disfrutando de la “imitación” de alguna pieza musical e incluso del desarrollo y composición de algo mucho más personal, algo que nos ayude a desarrollar esa parte creativa que a veces no sabemos que existe en nosotras.
¿Te gustaría aprender a tocar la guitarra?