Probablemente habrás oído hablar sobre las infecciones por hongos en los anuncios de la televisión y las revistas. La mayoría de las mujeres contrae por lo menos una infección de este tipo durante su vida, otras pueden contraer muchas más. Estas infecciones se pueden contraer a cualquier edad, por lo que hay que tener mucho cuidado en nuestra higiene íntima debido a que en la vagina existen siempre bacterias y hongos, esperando las condiciones propicias para desarrollarse y proliferar.

Normalmente, tu vagina secreta ciertos fluidos que ayudan a limpiarla y humedecerla. Es saludable si tu secreción es blanca, no tiene olor o es solo ligeramente salado o si aumenta en cantidad o se vuelve de una textura muy parecida a la clara de los huevos a mediados del ciclo menstrual, cuando estás ovulando. Si detectas cualquier cambio, es importante que acudas con tu ginecólogo, pues puedes haber contraído una infección.

Los síntomas de las infecciones vaginales son: irritación, ardor al orinar, comezón, y un fluido espeso, blancuzco o amarillo, y a veces fétido.

La mayoría de las infecciones vaginales por hongos no se contagian por transmisión sexual, pero si tienes pareja sexual es posible que la infectes y cuando tú ya te hayas curado él te haga reincidir. Si es así, es importante que él también se someta a un tratamiento.

La mejor forma de prevenir una infección vaginal es siguiendo estas recomendaciones para evitar situaciones que favorezcan la proliferación de hongos:

• Después de ir al baño, siempre limpia la zona de adelante hacia atrás, de lo contrario corres el riesgo de que los gérmenes provoquen una infección.

• En la limpieza genital diaria no es conveniente que te enjabones demasiado, ya que puedes irritar los tejidos de la vulva.

• Seca perfectamente tu área genital después de bañarte, nadar u orinar, y usa ropa interior de algodón para que te mantengas siempre seca.

• No uses ropa interior ni pantalones demasiado ajustados.

• Durante tu periodo, lávate con agua y un jabón muy suave varias veces al día.

• No debes usar duchas vaginales ni desodorantes, pues destruyen la flora vaginal, aumentando los riesgos de contraer una infección.

• Evita lo más posible ingerir antibióticos, pues éstos acaban con la flora vaginal, permitiendo que los hongos se multipliquen.

• Si sientes cualquier secreción extraña, debes consultarlo de inmediato con tu ginecólogo. Es indispensable que te practiques el papanicolau anualmente, seas o no activa sexualmente, pues este examen permite la detección temprana de células anormales en el cervix.